14 diciembre 2005

La economía informal como consecuencia del desempleo y de la legislación laboral

El problema del desempleo en Venezuela ha provocado el desencadenamiento de una crisis socioeconómica que se refleja en una de las modalidades de la economía informal: el buhonerismo.

Según Daniel López, citado por el Ing. Carlos Mora, el buhonerismo “es un tipo de actividad de venta al mayor o al detal de diversos bienes en plena vía pública o en ciertos espacios urbanos destinados a tal fin, tanto de manera ambulante, como establecimientos improvisados, sin el cumplimiento de los requisitos legales que el ejercicio de la actividad comercial requiere de acuerdo a las ordenanzas y leyes municipales, lo cual genera un verdadero problema a las ciudades y al país en general, porque da lugar a un deterioro urbanístico, a una inadecuada organización espacial, deficiente funcionamiento espacial, congestionamiento peatonal y vehicular, efectos ambientales y de salud pública, entre otros efectos”.

No obstante, más allá del problema del desempleo y del buhonerismo, que en sí mismo es un asunto complejo de abordar por los distintos factores que en él influyen, no de puede dejar a una lado lo concerniente a la legislación laboral venezolana que, según el jefe de la Oficina de Asesoría Económica y Financiera de la Asamblea Nacional, Francisco Rodríguez, protegen tan sólo a un grupo relativamente pequeño —30% del sector formal— y desprotege a los que trabajan en el sector informal de la economía.

Según este economista, las regulaciones laborales implementadas en el país, asociadas con la inamovilidad laboral y el hecho de mantener un salario mínimo muy alto con relación al salario promedio no han cumplido con la función de proteger a los trabajadores venezolanos.

Rodríguez, apunta, que su intención no es criticar las políticas oficiales relacionadas con este asunto; afirmó y reiteró la búsqueda de nuevas soluciones a este grave problema.

Por otro lado, el Informe Provea 2004, sobre derechos y hechos en Venezuela, aporta cifras y datos de consideración para comprender algunas de las aristas del problema del desempleo y del sector informal de la economía:

• El desempleo en el 2004 se ubicó en 14, 5% de la población económicamente activa (PEA).
• Afecta en mayor proporción a las mujeres y a los jóvenes.
• El 52,7% de la PEA se ubicó en el sector informal de la economía.
• Se han cerrado 1.811 plantas industriales.
• El salario mínimo, que fue aumentado en abril de 2004 continuó siendo insuficiente para cubrir la canasta básica y la canasta alimentaria.

Sobre el trabajo infantil apunta: “Según Cecodap (buscar fuente en internet), 1.100.000 niños y adolescentes están formando parte de la mano de obra vinculada al sector informal de la economía. A éstos no se les garantiza salario mínimo, ni cumplen un horario diario de seis horas máximo, no tienen cédula de identidad, no poseen carné del consejo de protección y no se les hace examen médico ocupacional”.

Buhoneros: conquistadores y publicistas

Los trabajadores informales de la Gran Caracas están buscando conquistar a sus clientes mediante nuevas recursos publicitarias, que responden a una planificación más estructurada de su trabajo.

Desde hace algún tiempo, dos o tres años aproximadamente, los buhoneros, al igual que las grandes empresas y los pequeños comerciantes formales, han cambiado la estrategia de publicidad para atraer al público, en especial al público joven.

Hoy día no sólo basta tener el mejor producto y ensalzar sus atributos; otras consideraciones han adquirido mayor relevancia. Las necesidades y los deseos de los clientes están por encima del producto.

Por esta razón, los jóvenes, en la actualidad, no se dejan percudir fácilmente. Como señala la periodista Liza López en su reportaje A la pesca de un mercado inquieto: “A estos jóvenes —sobre todo aquellos entre 15 y 24 años— se les bautizó en mercadeo como la generación Y, un grupo bien heterogéneo pero con inquietudes comunes”.

Así, las grandes empresas han roto viejos esquemas para poder atraer a esta generación. Por ejemplo, la marca de cerveza Regional Light después de la campaña “Hacen lo que sea por una Regional Light”, con el trío Sandra, Tanque y Chicho decidió integrar a un cuarto personaje, llamado Cabilla, pero del público. Según señala el gerente de esta marca, Johnny Pollazo, la participación de los jóvenes fue masiva. El casting estaba abarrotado.

Pero, por otro lado, no sólo las grandes compañías se han cambiado sus estrategias publicitarias; los buhoneros también lo han hecho.

Aunque la diferencia entre lo que vende un trabajador informal y lo que vende otro, hoy día, no es tan evidente debido a la proliferación de más y más buhoneros, muchos de ellos se han esforzado por marcar la diferencia. El mensaje sigue siendo el mismo, pero lo que ha cambiado es el manejo gráfico.

En este sentido, los vendedores ambulantes de perros calientes saben como pueden diferenciarse y con quien pueden contar. Si se hace una revista de los “perreros” de Plaza Venezuela se puede observar como cada uno de ellos tiene una característica en particular: el color de las mesas, la música que colocan, la distribución de los elementos de las mesas y, sobre todo, los afiches o carteles de ventas.

Estos afiches se caracterizan por tener letras llamativas, figuras atractivas e impactantes, así como destacan el nombre de los distintos tipos de perros, hamburguesas, entre otros.

Sin embargo, la labor publicitaria no es sólo del buhonero que vende perros, otro tipo de comerciante informal se ha encargado se contribuir en esta labor: los buhoneros publicistas.

Varias personas, en La Gran Caracas, se han dedicado a expresar en papel las ideas de sus clientes, entre ellos se encuentra Iván Guadarrama, quien se ha convertido en publicista imbatible de la economía informal.

“Me di cuenta de que los vendedores de empanadas escribían sus precios de una forma muy rústica y que no existía una cultura de publicidad, así que yo empecé a ofrecer avisos hechos con cartulina y pincel. La gente come con los letreros publicitarios y originales… Lo que me diferenciaba del resto era que yo colocaba mi nombre y mi número de teléfono. A los tres meses alguien me llamó para hacer un cartel y así empecé”, cuenta.

Asimismo, afirma: “Mi trabajo incluye, además de los diseños, estrategias de los mercados para los buhoneros. Ellos saben que donde hay un letrero la gente llamativo, la gente se para”.
Tanto ha prosperado su negocio que hoy día tiene un pequeño taller, llamado Publipop, en el edifico Urdaneta. Allí pasa haciendo sus creaciones secretas, “pues hay muchos copiones”.
Aunque ha intentado vender su producto a algunas tiendas, el rechazo ha sido total, porque lo califican por tener un estilo buhonero.

A pesar de eso, Guadarrama no se rinde. Sigue con su negocio y con sus “técnicas de explosión visual” que se asemejan a los comics.

Buhonería organizada

Luego de quejas, demandas en los tribunales y disputas, los buhoneros de varias zonas del país han decidido organizarse para evitar futuros conflictos.

Los vendedores informales o, como también se les conoce, buhonero, de varias ciudades de Venezuela, se han organizando con la finalidad de tratar de afrontar, legalmente, los problemas que pudieran presentarse con la ciudadanía, con la policía y demás agentes de seguridad.

Un asunto considerablemente complejo de abordar es la buhonería, sin embargo, sí hay algo que se puede apuntar sobre este tema, con relación a Venezuela. Para julio de 2003, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), un 53, 7% de la población económicamente activa estaba conformado por los trabajadores del sector informal de la economía.

Estas cifras en la actualidad han variado y, por esta razón, cada vez se hace más complejo contabilizar al número de trabajadores informales.

Asimismo, existen otros dos aspectos que son inherentes a la buhonería venezolana, a saber: la descomposición de la economía de los últimos años y la incomodidad que generan las ventas en la calle, para los vecinos de las zonas aledañas, para los comerciantes legales y para la ciudadanía en general.

Muchas son las quejas que se escuchan a los transeúntes. Esperanza Avendaño, jubilada de la Dirección de Extranjería venezolana (DIEX), se queja constantemente cuando tiene que acercarse a esta sede de trabajo: “Es imposible caminar… los buhoneros se agarraron todita la acera para ellos y se les reclamas algo te insultan y te humillan”.

Parecidas a estas quejas son las que se escuchan a los ciudadanos que son afectados directamente por la buhonería. Diana García —vive en la Esquina Balconcito de la Avenida Baralt, en el centro de Caracas— todos los días tiene que “lidiar” para salir de su edificio. “Que va, casi todos los días cuando voy a salir para la universidad tengo que lidiar con los buhoneros, tan es así que una vez hasta un empujón me dieron. Ya me quejé a la policía y nada”.

No obstante, muchos vendedores informales en miras de esta situación y de otras como el hampa, el hostigamiento policial y la competencia han decidido organizarse de distintas maneras.

La Cooperativa Los Procedes de Bolívar 141, RL, del Estado Bolívar, se constituyó como una empresa social no lucrativa, en proceso de constitución ante la Superintendencia Nacional de Cooperativas de Venezuela (Ceconave). Está integrada por trabajadores de la economía informal y tiene la intención de convertirse en un camino para la comercialización de productos de una manera organizada y eficaz.

Igualmente, en la zona metropolitana de Caracas, algunos buhoneros de La Candelaria en busca de resolver el problema legal con las autoridades se han unido para formar un sindicato. Así, el Sindicato de Trabajadores No Dependientes de la parroquia La Candelaria (Sutrandeca),desde el 2001, agrupa a 183 comerciantes. Sin embargo, dado el crecimiento que se buhoneros que se observa en ese sector de la Gran Caracas, un grupo de estos 183 comerciantes se ha quejado ante las autoridades de la Alcaldía de Caracas por el alto número de trabajadores ilegales que están comenzando a laboral ilegalmente. Asimismo, apuntan al recrudecimiento de la violencia y de la inseguridad en las calles.

Otro grupo de buhoneros de la zona metropolitana, apelando al derecho pautado en la Constitución sobre la libre organización de sindicatos, se ha afiliado a la Federación Única de Trabajadores No Dependientes (Futrand). Según la presidenta de la federación, Aída Martínez, el argumento que dio origen a tal organización fue la necesidad de planificar unas pautas para evitar confrontarse con las autoridades. “Como padres de familias queremos ganarnos con honestidad el pan de cada día, sin la necesidad de confrontarnos con las autoridades”.

Por tal razón, a mediados de enero de este año, Futrand le entregó al Alcalde del municipio Libertador, Freddy Bernal, un proyecto de ordenanza en el que destacan algunas observaciones y peticiones, entre las que destaca la posibilidad de pagarle a los municipios una unidad tributaria por concepto de impuesto. Asimismo, acordaron respetar las zonas cercanas a los bancos y a las entradas y salidas del Metro.