30 enero 2006

Creatividad al máximo

Para poder vivir, los vendedores informales apelan a la creatividad y a las circunstancias que rodean la vida social del venezolano. Gorras proselitistas, DVD´s pirateados y servicios de llamadas son algunas de las mercancías que se pueden adquirir, casi, en cualquier lugar de la Gran Caracas.

Si se realiza una observación cautelosa por los lugares más concurridos de Caracas, por el centro y el oeste de la ciudad, se puede llegar a una conclusión ineludible: hay buhoneros en todos lados que venden, casi todo y sino todo, lo que a usted se le pudiera ocurrir. Desde chaquetas, zapatos, jeans, películas, videojuegos y pare de contar.

“Si no salimos a la calle a ganarnos nuestra comida, ¿quién carrizo no las da? Tenemos que inventarnos una pa´ poder ganar y seguir la vida”, asevera con entusiasmo, Luis Hereira, comerciante de bisutería, que se negó a que le tomaran una foto por precaución. “Yo no tengo nada en contra de ustedes, pero quién quita y estás fotos pasan pa´ la Alcaldía y me quitan mi negocio”.

Así es el día a día de muchos vendedores de la calle. No obstante, siempre hay un lado positivo de esta problemática. Si por algo se caracterizan los buhoneros es por su creatividad.

Durante las marchas del 2003, estos comerciantes tuvieron la oportunidad de obtener una ganancia que no se esperaban. “Mira chama, yo vendí gorras pa´ la gente de la oposición, pa´ los chavistas. Cuando uno está en un peo como el de ese año tiene que inventar más y no pararle a la política”, afirmó Hereira.

Asimismo, si se hace revista del último Foro Social Mundial —con sede en Venezuela— se podrá observar la cantidad de mercancía, apropiada al evento ideológico. Con el slogan: Compra-triota, los comerciantes de la calle vendieron “El Chavecito” —muñeco con la figura del Presidente Hugo Chávez y un botón que repite un discurso con su voz—, los relojes pulseras, boinas rojas, afiches y fotografías de los mandatarios Fidel Castro, Hugo Chávez y Evo Morales, entre otras cosas.

Como asevera Gabriela Rojas en el reportaje, del Últimas Noticias, Cinco días de discusión, rumba e improvisación en Caracas: “El capitalismo se anota un punto con el inagotable sentido de la oportunidad de los vendedores informales que más allá del Foro encuentran un espacio jugoso con mucha mercancía y nuevos compradores”.

Breve informe especial: la informalidad en América Latina

Según el último informe de la OIT, la informalidad reina en América Latina, a pesar del crecimiento económico y laboral.



Aunque las cifras del informe del 2005 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) revelan que en América Latina se ha alcanzado un considerable crecimiento económico, la opción de trabajo más reiterativa es la informal. El desempleo sigue en ascenso: más de 18 millones de personas en capacidad de trabajar están desocupados.

Los mayores porcentajes de ocupados en el sector informal se presentaron en Colombia, Ecuador, Paraguay y Perú, con cerca de 60%; y los de menor porcentaje en Costa Rica (41,8%), Panamá (41,6%) y Uruguay (37,7%).

Para mayor información acceda al siguiente link: http://www.ilo.org/

El barrio como hecho socio-físico

Durante el primer módulo del taller La cultura del barrio Pedro Trigo, s. j. hizo especial énfasis en la importancia de la cultura del barrio, valga la redundancia.
“La gente del barrio es la que hace de la necesidad una virtud; la gente del barrio son quienes están codificando lo no codificado; están haciendo cultura”.


El primer módulo del taller—El barrio como hecho socio-físico—estuvo a cargo del padre Pedro Trigo, reconocido por su ardua labor social en varias comunidades populares de Caracas.

El tema discutido giró alrededor de varios tópicos desarrollados en el libro del padre Trigo, que lleva por nombre La cultura del barrio, a saber: la incultura de los barrios (opinión vigente), la novedad histórica de los barrios, las fuentes de la cultura suburbana y las manifestaciones de la cultura del barrio.

No obstante, estos tópicos están enmarcados dentro una serie de proposiciones que permiten comprender que detrás de todos y cada uno de los barrios de Caracas “existe un mundo con una calidad humana increíble”, según reiteró el jesuita.

La diferencia entre las culturas tradicionales venezolanas y la cultura suburbana es que la segunda hace cultura y la primera tan sólo mantiene el statuo quo. En palabras del padre, mientras las culturas tradicionales recodifican lo codificado; la cultura suburbana, específicamente, la cultura del barrio codifica lo no codificado.

“La única novedad antropológica del mundo está pasando aquí y ahora y tenemos que aceptarla: el abandono de los barrios por parte de las grandes ciudades es lo que hace que la gente de los barrios sea cualitativamente humana. Quienes de verdad, verdad están haciendo cultura es esa gente”.

Parafraseando, como la gente de esas comunidades no pueden seguir las normas y valores del campo —de donde la mayoría viene— y tampoco se rigen —porque son excluidos— por las normas institucionales de las ciudades tienen que inventar, crear y organizar su propios valores, sus propios roles, sus propias normas. He allí la dignidad humana, la calidad que en muchos lugares del mundo —ni siquiera en los lugares más propicios para el desarrollo intelectual y social—no existe.

Centro de Barrios COMUNITAS

La buhonería es más que el resultado de una crisis social; es un problema estructural de distintas aristas, que tiene como origen la cultura del barrio. Por ello, el Centro de Barrios COMUNITAS, perteneciente a la Fundación Centro Gumilla, se ha encargado de dirigir y articular las fuerzas para el desarrollo de las comunidades populares.

El centro de Barrios COMUNITAS tiene como objetivo principal dirigir las fuerzas para la creación de oportunidades que promuevan el desarrollo de las capacidades de los sectores populares. Por ello, ha establecido vínculos de confianza con las comunidades, ha promovido la acción conjunta y ha estado construyendo conocimientos con la gente más desfavorecida.

En concordancia con lo anterior, ofrece asesorías y consultorías para las mismas comunidades, profesionales e instituciones públicas y privadas en las siguientes áreas: liderazgo, diseño, gestión y ejecución de proyectos sociales, manejo del marco jurídico para la gestión del trabajo comunitario, entre otras.

29 enero 2006

Catia: un mundo intransitable

Solamente los miércoles y, durante las primeras horas de la mañana, se puede caminar y transitar por Catia y sus alrededores; el resto de la semana Catia es, según sus habitantes y visitantes, un mundo intransitable.




Realmente es increíble acercarse a Catia, o a la estación del metro Plaza Sucre y ver la cantidad de tarantines, de música de basura que reina en las cercanías al Boulevard de Pérez Bonalde.

Los transeúntes tienen que hacer malabarismos para poder pasar de una cera a otra, de una calle a otra, porque si por casualidad se tropiezan con alguna mercancía de los buhoneros se “arma la de San Quintín”. “Que va…Cuando es quincena o diciembre es casi imposible caminar. La otra vez intentado pasar a una señora que estaba atravesada hablando con una buhonera, tumbé sin querer unos zarcillos y de bromita no me comen los buhoneros…casi de arma la de San Quíntin”, señala María González, residente de la zona.

Como registra la reportera del Tal Cual, Jennifer Santana, en el reportaje Las calles de los informales, la Avenida Sucre, el Boulevard Pérez Bonalde y sus calles paralelas, Colombia y Argentina, conforman el entorno donde se ve mayor cantidad de tarantines, donde además de comida se vende toda clase de artículos para el hogar.

Darlys Sorrentino, residente de la zona y estudiante de Relaciones Industriales en la UCAB, indica que el problema va más allá de la cantidad de tarantines. “El Boulevard se presta para los atracos y, sobre todo, para el acumulamiento de la basura. Cuando no están ellos, está su basura, es decir, no hay salida”.

Sin embargo, como acota Santana “los vecinos, comerciantes y visitantes de Catia reconocen que los buhoneros son padres y madres de familia que deben trabajar para llevar el sustento diario a sus hogares, pero piden que las autoridades trabajen en su reubicación en especies de mercados o sitios acondicionados para la venta de su mercancía”.

Buhoneros: verdaderos microempresarios

Desde una perspectiva menos valorativa, María Eugenia Boza y Alexandra Ochoa, investigadoras del IESA, afirman que sí existen diferencias entre la palabra buhonero, extraída del Diccionario de la Real Academia Española (RAE) y la palabra buhonero, entendida dentro del ámbito de la economía venezolana.



La palabra buhonero no sirve como definición de la dinámica comercial del vendedor de la calle venezolano. El origen de esta palabra viene de la antigua onomatopeya buff, expresiva de la palabrería del vendedor ambulante para ensalzar su mercancía.

Si se toma en consideración la estructura organizativa de los llamados, despectivamente, buhoneros se podrá comprender que son más que vendedores de mercancías y baratijas; son “microempresarios”, como reiteran constantemente Boza y Ochoa.

La microempresa, según, la definición de las investigadores, es “un ciclo de inversión y riesgo, administración del flujo de caja y atención al cliente”.

Ciertamente, los comerciantes de la calle, aunque no son, en su mayoría especialistas y estudiosos de la economía, en la práctica manejan con responsabilidad su microempresa: tienen sellos de garantía, lista con clientes fijos, descuentos especiales y, por supuesto, siempre están al día.

El comercio en la calle

Una serie de estudios realizados en el IESA por María Eugenia Boza y Alexandra Ochoa ha permitido construir una visión del comercio de la calle dinámica y empresarial.


No hay nada más alejado de la realidad que creer que todos los buhoneros son iguales; que su mundo es extraño, desconocido y desordenado. Más allá de la comida, la ropa, los accesorios y pare usted de contar, existe un verdadero comercio en las calles venezolanas.

Ahora bien, para poder comprender esta dinámica comercial es indispensable partir del tipo de instalaciones de los comerciantes. La pirámide de las instalaciones está conformada de la siguiente manera: en la base están los vendedores ambulantes, luego los que venden en el piso, después los que venden en las mesas y, por último, los que tienen puestos grandes y tienen más oportunidades de llegar a la cúspide: un quiosco.

Los vendedores ambulantes también son llamados “charleros”, porque su negocio consiste en hablar. Sus implementos de trabajo son, básicamente, las manos y la voz. Venden en las autopistas, semáforos y en las calles. Tienen, como señalan con énfasis María Eugenia Boza y Alexandra Ochoa una zona de trabajo, pero no punto de ventas.

Los comerciantes que venden en el piso son los que vende, entre todos, la mercancía más barata: “si el comerciante no tiene para instalarse mejor tampoco tiene para invertir en mercancía”, acotan Boza y Ochoa.

Después está el buhonero con mesa. Este es una etapa importante dentro del comercio en la calle; por ello las investigadoras apuntan: “Unos burros y una tabla hacen una mesa, pero hay un gran camino del piso a la mesa Para tener una mesa hay que tener un espacio propio, lo que implica haber establecido un derecho de uso (…).Es común que, ya en este rango, el comerciante tenga empleados. Se convierte en propietario y se dice microempresario”.

Finalmente, antes de llegar a la cúspide, están los puestos grandes con exhibidores, rejillas y hasta espacio utilizados como probadores. Estos son comercios establecidos. Ya, en la cúspide, están los quioscos, la “tapa del frasco”. Aunque tienen hasta permisos municipales, son todavía parte del comercio en la calle.

Se observa, entonces, que más que un grupo de buhoneros desorganizados, los vendedores de la calle están inmersos en una dinámica económica, que propicia, a largo plazo, un desarrollo económico.

El buhonero y la educación

Tras mesas, toldos, plásticos y mercancías están los más afectados por la informalidad: los jóvenes venezolanos que no han podido terminar los estudios, o que ni siquiera han tenido la oportunidad de ingresar a una institución educativa.


Existe una visión mucho más amplia que traspasa la creencia de muchos sectores de la población acerca de los comerciantes informales. En otras palabras, más allá de que éstos sean vistos como potenciales delincuentes, vagos y drogadictos, muchos jóvenes que están dentro de este mundo económico tienen esperanzas de un futuro mejor.

Un ejemplo de este tipo de jóvenes es Antony, un buhonero que vende DVD “quemados” a la salida de la estación de Metro La California, cerca del Unicentro El Marqués. Aunque al principio estuvo un poco renuente a decir algo más de lo que dice cuando persuade para vender sus películas, afirmó con vehemencia que estaba trabajando así porque quería terminar sus estudios.

“Tengo bastante tiempo vendiendo, pero ahorita que estoy en segundo semestre de Economía en la Central [Universidad Central de Venezuela] voy a trabajar más pa´ pagarme mis estudios”.

Sin embargo, así como existen muchachos como Anthony que están ganándose la vida como buhoneros, también existen jóvenes que no tienen la oportunidad de estudiar o, seguir sus estudios. En este sentido, quienes poseen una de las mejores fuentes para explicar esta problemática son los profesionales del Proyecto Pobreza.

Según, la última presentación dirigida hacia la organización y planificación de políticas públicas, el trabajo informal es un factor que explica la pobreza y la falta de educación de los sectores económicamente inferiores en Venezuela.

Pero, este no es el factor determinante. Para este grupo de investigadores, la pobreza, desde la perspectiva educativa, también es generada por la alta deserción escolar: tan sólo 17% de la población joven se inscriben para estudiar 5º año de Educación Diversificada.

Asimismo, enumeran otras causas. Entre las causas internas que explican el problema de la educación están: el costo de oportunidad (“Más vale la pena que mi hijo trabaje que lo que me cuesta mandarlo a la escuela”), la educación ya no se aprecia como un fin en sí mismo, ni como un vehículo de movilidad social. Entre las externas, destacan: la ineficacia del sistema educativo y de las infraestructuras escolares.

No obstante, por fuera de estas causas, es indispensable valorar a los jóvenes que con empeño buscan salir adelante y generar políticas que aporten soluciones viables a esta problemática.

Para más información sobre el análisis de la educación realizado por el grupo Proyecto Pobreza, dirígase a la siguiente página: http://www.acuerdosocial.com/resources/download/cdt_32.pdf

19 enero 2006

Presentación de Buhonerismo: la otra cara del empleo

A través del siguiente URL usted podrá obtener más información acerca de los objetivos, la tématica y la política de contenido de Buhonerismo: la otra cara del empleo.
http://www.geocities.com/carmencita_maria_1985/t11.pps.

Asimismo, es necesario aclarar que esta presentación tiene derechos reservados, única y exclusivamente, para la autora de la bitácora.

Pero, quien desease utilizarla puede hacerlo sólo si la modifica y hace de estas diapositivas fuentes de un nuevo conocimiento.

Otras fuentes que podrían ser utulizdas para abordar el tema de la buhonería:

www.acuerdosocial.com
http://www.liderazgoyvision.org/sala/buhoneroMayor.htm

05 enero 2006

Buhoneros ocultos

Tras gorras, sombreros, suéteres, chamarras, los buhoneros se esconden. Uno tras otro intento, fallidos todos, y la situación oculta sigue igual.

Así, seguimos en una búsqueda intensiva para poder acercarnos cada día más a un sector de la población venezolana huidizo y escurridizo.