
La palabra buhonero no sirve como definición de la dinámica comercial del vendedor de la calle venezolano. El origen de esta palabra viene de la antigua onomatopeya buff, expresiva de la palabrería del vendedor ambulante para ensalzar su mercancía.
Si se toma en consideración la estructura organizativa de los llamados, despectivamente, buhoneros se podrá comprender que son más que vendedores de mercancías y baratijas; son “microempresarios”, como reiteran constantemente Boza y Ochoa.
La microempresa, según, la definición de las investigadores, es “un ciclo de inversión y riesgo, administración del flujo de caja y atención al cliente”.
Ciertamente, los comerciantes de la calle, aunque no son, en su mayoría especialistas y estudiosos de la economía, en la práctica manejan con responsabilidad su microempresa: tienen sellos de garantía, lista con clientes fijos, descuentos especiales y, por supuesto, siempre están al día.
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