29 enero 2006

El buhonero y la educación

Tras mesas, toldos, plásticos y mercancías están los más afectados por la informalidad: los jóvenes venezolanos que no han podido terminar los estudios, o que ni siquiera han tenido la oportunidad de ingresar a una institución educativa.


Existe una visión mucho más amplia que traspasa la creencia de muchos sectores de la población acerca de los comerciantes informales. En otras palabras, más allá de que éstos sean vistos como potenciales delincuentes, vagos y drogadictos, muchos jóvenes que están dentro de este mundo económico tienen esperanzas de un futuro mejor.

Un ejemplo de este tipo de jóvenes es Antony, un buhonero que vende DVD “quemados” a la salida de la estación de Metro La California, cerca del Unicentro El Marqués. Aunque al principio estuvo un poco renuente a decir algo más de lo que dice cuando persuade para vender sus películas, afirmó con vehemencia que estaba trabajando así porque quería terminar sus estudios.

“Tengo bastante tiempo vendiendo, pero ahorita que estoy en segundo semestre de Economía en la Central [Universidad Central de Venezuela] voy a trabajar más pa´ pagarme mis estudios”.

Sin embargo, así como existen muchachos como Anthony que están ganándose la vida como buhoneros, también existen jóvenes que no tienen la oportunidad de estudiar o, seguir sus estudios. En este sentido, quienes poseen una de las mejores fuentes para explicar esta problemática son los profesionales del Proyecto Pobreza.

Según, la última presentación dirigida hacia la organización y planificación de políticas públicas, el trabajo informal es un factor que explica la pobreza y la falta de educación de los sectores económicamente inferiores en Venezuela.

Pero, este no es el factor determinante. Para este grupo de investigadores, la pobreza, desde la perspectiva educativa, también es generada por la alta deserción escolar: tan sólo 17% de la población joven se inscriben para estudiar 5º año de Educación Diversificada.

Asimismo, enumeran otras causas. Entre las causas internas que explican el problema de la educación están: el costo de oportunidad (“Más vale la pena que mi hijo trabaje que lo que me cuesta mandarlo a la escuela”), la educación ya no se aprecia como un fin en sí mismo, ni como un vehículo de movilidad social. Entre las externas, destacan: la ineficacia del sistema educativo y de las infraestructuras escolares.

No obstante, por fuera de estas causas, es indispensable valorar a los jóvenes que con empeño buscan salir adelante y generar políticas que aporten soluciones viables a esta problemática.

Para más información sobre el análisis de la educación realizado por el grupo Proyecto Pobreza, dirígase a la siguiente página: http://www.acuerdosocial.com/resources/download/cdt_32.pdf

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